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El diseño de interiores no es solo una cuestión de estética; es una inversión en nuestro bienestar y calidad de vida. Este enfoque considera tanto las necesidades presentes como futuras, asegurando que nuestros hogares puedan evolucionar con nosotros.
La funcionalidad es esencial en el diseño de interiores porque garantiza que los espacios sean prácticos, cómodos y adaptables a las necesidades de sus usuarios. Un diseño funcional no solo mejora la calidad de vida, sino que también asegura que los espacios sean eficientes y agradables a lo largo del tiempo.
Toma de datos: Entrevistas iniciales: Se realizan entrevistas con el cliente para entender sus
necesidades, gustos y expectativas.
Cuando nos encontramos ante un determinado espacio, por ejemplo, una vivienda o proyecto de
vivienda, lo primero que debemos hacer es recopilar toda la información posible sobre el proyecto.
La primera fase consiste en un Análisis para realizar una toma de datos.
En ella también se lleva a cabo la toma de contacto con el cliente, quien se encargará de dar todos
los detalles posibles sobre lo que espera conseguir.
Etapa donde se enseña al cliente un Portfólio con algunos de los trabajos previos.
Será de ayuda para clarificar sus ideas en Interiorismo.
Esta etapa es la más importante a la hora de realizar el relevamiento de la información, anotando
todos los detalles.
Estudio del espacio: Se analiza el espacio existente, incluyendo dimensiones, orientación,
iluminación natural u artificial, y características arquitectónicas.
Para determinar los materiales que sean convenientes y más óptimos.
Estudio del entorno: En la medida de lo posible, también hay que estudiar el entorno del espacio a
reformar y/o diseñar, para determinar los materiales que se adapten de forma más óptima.
Esto nos permitirá definir cada una de las etapas con mayor precisión, teniendo en cuenta
factores a favor y en contra que puedan influir en nuestro diseño.
La etapa de Desarrollo de Concepto, es clave para el proceso de Diseño de Interiores.
Esta etapa determinará que se alinee la visión del cliente para el espacio.
El Desarrollo de Concepto en el diseño de interiores se refiere al proceso de crear un plan integral,
es decir, un plan incluye ideas, temas y una representación visual de cómo será el producto final.
El primer paso en el desarrollo de concepto es la investigación.
Esto incluye recopilar información sobre los objetivos del cliente para el espacio,
el espacio físico en sí y cualquier tendencia o inspiración relevante del mercado.
Una vez que el diseñador tiene una comprensión clara de los parámetros del proyecto, puede
comenzar a desarrollar un concepto creativo.
El Concepto Creativo es la visión del diseñador para el espacio, y generalmente incluye
representaciones visuales, como bocetos o tableros de inspiración (Moodboard).
Estas representaciones ayudan al cliente a entender la visión del diseñador y proporcionar retroalimentación.
El Concepto Creativo puede incluir detalles como colores, texturas y elecciones de mobiliario.
En esta etapa se diseñan los planos en los que estarán integrados las ideas finales, sirviendo de guía.
Así pues, es necesario que en los planos se incluya toda la información relevante para que los
trabajadores lleven a cabo los trabajos correctamente. Por ejemplo, incluir los materiales,
los acabados, el mobiliario, etc.
Realización de la obra
Como las ideas están claras, es esencial que se haya incluido un tiempo extra en la obra para
trabajar en los últimos remates, imprevistos y desperfectos que puedan haberse producido
como en cualquier obra.
“Decorandoya entendió perfectamente nuestra visión y necesidades. El resultado final superó nuestras expectativas, transformando nuestro espacio en un lugar hermoso y funcional. ¡Recomiendo sus servicios sin dudarlo!” - Fernando – Cliente Satisfecho